martes, 31 de mayo de 2011

JOSEFA ORTIZ DE DOMINGUEZ,MI PERSONAJE

NARRACION FICTICIA

Josefa, se encontraba sola en su habitación, a su memoria venían como en tumulto los acontecimientos de los últimos días, todo aquello en lo que había creído, todo aquello que había logrado, su lugar en la sociedad burguesa en la que se movía, se encontraba amenazada, se hallaba ante la disyuntiva de abandonar el movimiento, y salvar lo que pudiera, después de todo era la esposa del corregidor Domínguez, esto le  daba un poco de seguridad. 

Por otra lado, Josefa sabía que había cruzado la línea, se había involucrado demasiado, al escuchar las disertaciones de Hidalgo, de Aldama, de Allende, no podía evitar sentir que se encendían sus deseos de ver a su país libre del gobierno del virrey y tal vez entonces su esposo podría llegar a donde él merecía estar. Era tan humano, tan considerado, tenía un carácter fuerte, pero un corazón misericordioso y compasivo con los más pobres y necesitados, sabía muy bien que nunca llegaría más lejos en tanto continuaran  dependiendo de la corona española

Josefa observaba su habitación, amaba su casa, sus cosas en medio de ese espacio en el que se sentía segura percibía en el ambiente el peligro de perderlo todo, pensó en sus hijos, en sus parientes, en sus amigos, después de todo luchaba por los que amaba, valía la pena pagar el precio. Sin embargo no podía dejar de sentir miedo, lo que temían estaba sucediendo, la conspiración había sido descubierta, y aunque habían mencionado sus nombres, sólo era cuestión de horas para que finalmente descubrieran que estaban implicados en el movimiento.

A su mente vinieron a una todos los recuerdos de su niñez sin madre, sin padre. Nacida en el seno de una familia de españoles de clase media, Josefa  fue bautizada el 16 de septiembre de 1768 con los nombres de María de la Natividad Josefa. Su padre, Juan José Ortiz, fue capitán del regimiento de los morados y murió en acción de guerra, cuando ésta contaba con pocos años de edad. Tras la muerte de su madre, María Manuela Girón, se hizo cargo de su educación su hermana María, que fue como la madre que no tuvo, sin embargo de acuerdo a su clase social bien pronto fue llevada a un convento para ser formada según convenía, ¡le hubiera gustado tanto quedarse allí con su hermana!

Durante los años que permaneció en el colegio aprendió a leer, escribir y nociones básicas de matemáticas y todo aquello que debía aprender una señorita de su clase social, de este modo aprendió a bordar, coser y cocinar.

En el año 1791 contrajo matrimonio con el Miguel Domínguez, el cual en aquellos años trabajó en la secretaria de la Real Hacienda y en la oficialía del virreinato de Nueva España. Gracias a sus buenas relaciones con el virrey Félix Berenguer de Marquina, Miguel Domínguez, fue nombrado Corregidor de Querétaro en el año 1802, su origen mestizo sin embargo le impedía llegar a donde sus habilidades y virtudes podían llevarlo, pues siempre los más altos puestos serían para los españoles peninsulares.

            Durante estos primeros años de matrimonio, Josefa por su parte se hizo cargo de las labores domesticas y de la crianza y educación de los dos hijos de su esposo, puesto que Miguel era viudo cuando contrajeron matrimonio. Todos estos años puede decirse que fueron un matrimonio feliz, aunque Josefa vivió siempre con el anhelo vivir en las cortes, eran sólo vanidades de mujeres! lo que le hubiera gustado era que su esposo llegara muy lejos porque se lo merecía. Quería un futuro mejor para sus hijos, quería que los reconocieran por sus talentos y sus virtudes y no que los descalificaran por ser criollos, consideraba que había mestizos brillantes, hombres valiosos nacidos en América que debían gobernar América, hombres ilustres, nobles, inteligentes que amaban a los nativos y deseaban para ellos un lugar más justo para vivir.
Al escuchar en las "tertulias" organizadas en su casa el discurso ardiente de aquellos hombres, Hidalgo, Allende, Aldama, abrazó poco a poco la causa de la independencia

"Con mi sangre formaré un patrimonio para mis  hijos" había dicho, y se hizo así, partidaria de los ideales radicales de la independencia con más pasión y entrega aún que su propio esposo. Entendía muy bien a Miguel su esposo, ¡se veía tan asustado! ¡Miguel no era ningún cobarde! temía por ella y sus hijos

Miguel Domínguez, aunque no participó de forma activa en las reuniones que se mantenían en casa, conocía perfectamente a los implicados en la conspiración. Tras informar a su esposa de que la conjura había sido descubierta por las autoridades españolas, decidió encerrarla en su habitación para evitar que informara a los implicados, en un intento de salvar a su familia y a él mismo de posibles represalias, puesto que eran conocidas tanto sus inclinaciones políticas como las de su mujer. Pero Josefa decidió intervenir y avisar a los revolucionarios. De este modo elaboró una nota con letras impresas sacadas de periódicos; para evitar que se reconociera su propia caligrafía; y decidió enviársela al capitán Allende a través del alcaide Ignacio Pérez, el cual cabalgó en busca del capitán y al no encontrarle en San Miguel el Grande, entregó la misiva al padre Miguel Hidalgo.

Todo estaba hecho conociendo al cura Hidalgo sabía que iniciaría la lucha armada,  era ahora o nunca, si no lo hacían tendrían que esperar muchos años para volver a organizar el movimiento tal vez para entonces todos estaría muertos. Solo queda esperar,  aunque las consecuencias serian graves no dudó  ¡La suerte ya estaba echada!